Centenares de nicaragüenses que se han quedado sin medios de vida en Panamá tuvieron que posponer este miércoles el regreso a su país ante el incumplimiento de unos requisitos acordados en las últimas horas por las autoridades nacionales, costarricenses y de Nicaragua para garantizar un viaje ordenado en el marco de la crisis de COVID-19.
Una patrulla de la Policía recorría anoche la gran terminal de autobuses de Albrook, mientras un agente explicaba a los nicaragüenses, utilizando un megáfono, que debían retirarse del lugar y que el proceso para autorizar su viaje tardaría al menos 72 horas, como pudo constatar Efe.
INCERTIDUMBRE Y DESAMPARO
En un clima de tensión e incertidumbre, hombres, mujeres, niños y adultos mayores pasaron casi todo el día en la terminal esperando poder regresar a Nicaragua, dado que en Panamá se han quedado sin medios de vida debido a la crisis provocada por la pandemia.
Muchos se fueron retirando del lugar ante la imposibilidad del viaje y al tener donde alojarse, pero otros argumentaban que ya habían entregado las casas donde vivían y que se encontraban sin recursos económicos.
“Yo me quedé sin trabajo y cuesta mucho conseguir otro ahora como está la cosa”, relató a Efe Juana Eraso, de 57 años, que tiene casi un año de estar en Panamá, donde se sentía “tranquila” laborando como cocinera o asistente de limpieza, y quien dice que no tiene ya donde dormir porque entregó la llave del cuarto donde vivía.
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